Ya le habian tomado la tradicional fotografía a todos los niños y la maestra intentaba persuadirlos para que cada uno comprara una copia de la foto del grupo. 
"Sólo piensen qué hermoso será mirarla cuando todos sean mayores y digan: "Ahí está Jennifer, es abogada" o "Ése es Michael, es médico".
Del fondo del salón de clase sonó una voz estridente: "Y ahí está la maestra. Está muerta".

Un día una pequeña niña estaba sentada observando como su mamá lavaba los platos en la pileta de la cocina. De pronto observó que su mamá tenía varios mechones de cabello blanco que resaltaban en contraste con su cabello marrón oscuro. La miró a su mamá y con curiosidad preguntó: "¿Por qué algunos de tus cabellos son blancos, mami?". 
La mamá respondió: "Bueno, cada vez que te comportas mal y me haces poner mal, uno de mis cabellos se vuelve blanco".
La pequeña niña se quedó pensando un rato en esta revelación y entonces agregó: "Mami, ¿por qué la abuela tiene TODOS sus cabellos blancos?".

Los chicos se encontraban haciendo cola en la cafetería de una escuela primaria católica esperando para almorzar. En la cabecera de la mesa había una enorme pila de manzanas. La monja redactó una nota y la colocó junto a la bandeja de las manzanas: "Sírvete sólo UNA. Dios está observando".
Más allá de la cola para servirse el almuerzo, en el otro extremo de la mesa, había una enorme pila de galletitas de chocolate. Un niño había escrito otro mensaje: "Sírvete todas las que quieras. Dios está observando las manzanas".

Una maestra de jardín de infantes miraba a su grupo de niños mientras se encontraban dibujando en clase. Cada tanto caminaba a su alrededor para observar el trabajo de cada niño. De pronto, se acercó a una niña que trabajaba tranquila y concentrada y le preguntó de qué trataba su dibujo.
La niña respondió: "Estoy dibujando a Dios". 
La maestra hizo una pausa y comentó: "Pero nadie sabe cómo es Dios". 
Rápida y segura, sin perder un segundo y sin apartar su vista del dibujo, respondió: "Lo sabrán... dentro de un minuto".